sábado, 18 de julio de 2015

El juego del Candy Crush


Candy Crush
Esperando...

En este trabajo hay muchos ratos que toca esperar a los clientes en las paradas.

Para matar ese tiempo hay algunos compañeros taxistas que leen, otros que duermen, otros que salen a fumar, a charlar, juegan a las cartas, oyen la radio ...

Este año he hecho un gran descubrimiento: el juego del Candy Crash ... Seguro que lo conoces: el juego que consiste en alinear tres o más caramelos del mismo color, para que exploten, y así conseguir los objetivos del nivel.

Un día, mientras estaba jugando en una de las paradas, entró una señora, y al verme con el juego, me contó que ella también estaba enganchada, pero que había llegado a un nivel en el que aparecen unas sartenes, y no puede pasarlo.

- ¿Sartenes?
- Sí, unas sartenes con un número.
- ¡¡Ahhhh!! Serán las bombas...

Como ves, el Candy Crush me proporciona un tema de conversación con los clientes, en el que no metes la pata ;)

Además de esta señora, sé que son muchas más las personas enganchadas al Candy. en una entrevista, escuché contar a Carlos Latre, como en uno de sus espectáculos había oído claramente eso de Divine, que dice el Candy, cuando realizas una buena jugada.

Pero lo mejor que puedes oir, cuando juegas al Candy, es ¡¡Sugar Crush!!. Eso significa que has pasado de nivel. Y tantas veces lo he oído, y tanto tiempo he invertido que he llegado al final y ahora me toca esperar que creen nuevos niveles para poder seguir haciendo más amena mi espera.


¿Y tú? ¿Te has enganchado al Candy? ¿Por qué nivel vas?

Candy Crush - Bombas



lunes, 6 de julio de 2015

Líos de faldas


Los domingos por la tarde son las horas por excelencia del transistor.

El carrusel de goles que no para, en un ir y venir de gente que se cruza en las estaciones.

La radio siempre ha acompañado al viajero y al taxista, y en la tarde del domingo es cuando se hace más patente.

Esas tardes en las que se cruzan los viajeros por las carreteras, las ciudades se convierten en un hormigueo de domingueros que vuelven, estudiantes que llegan con los libros acuestas, algunos que andan con luces de otro día y que no saben si van o si vuelven, ojeadoras de escaparates con el marido acuestas y paseantes de profesión en el día grande.

Siempre he ido escuchando al maestro Pepe Domingo Castaño y al gran Paco Gonzalez, en la SER y en la Cope. La tarde se hace mucho más corta cuando escuchas los pitidos y la voz de Pepe que dice: ¡Hay gol en La Coruña Germán! y en los 10 segundos que se pega el narrador gritando ¡goooooolllll! Piensas que si lo ha marcado el Depor  tu equipo entra en descenso, y te entra el sudor frío, pero si lo ha marcado el Sevilla  y luego ganamos nosotros…

- Pi pi pi¡¡- Este es el pitido es el de la emisora:
- Tiene un servicio.

Recojo en una urbanización a una chica joven y atractiva:

- ¿Me lleva a la estación del AVE por favor? Me dice.
- Si claro.
- ¿Cómo va el Depor? - Me pregunta.
- Pues si le digo la verdad no lo sé, acaba de marcar un equipo pero ya no sé cual.
- ¿Pues tiene que perder el Depor no? Para no entrar en descenso…
- Si si, y sobretodo a ver si ganamos nosotros mañana porque si no…
- Ahora se acaba de ir éste en otro taxi. Me dice.

¿Este? ¿quién es éste? ¿A quien se referirá? Algún futbolista del Zaragoza supongo…Bueno ya que me la ha dejado botando le voy a preguntar y le saco algo de información:

- ¿A quién te refieres con éste?
- Rubén, Rubén Rochina.
-¡Ah si! Buen futbolista, lo que pasa que casi no lo pone el entrenador pero cuando juega lo hace bastante bien.
- No, pero eso que dicen que están peleados es mentira eh, no ha pasado nada. Lo que pasa que la prensa lo malinterpreta todo. No ha pasado nada.
- Bueno algo se ha oído si, a mí la verdad que cuando ha jugado me ha gustado y tiene buen disparo y lo intenta el chaval.

La chica, se había enrocado en que la bronca que había sacado la prensa entre su novio y el míster era una invención para malmeter y tal y cual cuando yo caí en la cuenta que mi cuñada me había comentado que ese futbolista salía con la gogó de una discoteca de la ciudad y decidí interrumpirla para desviar la conversación:

- Perdona, ¿conoces a Vanesa?
- ¿A que Vanesa?
- A la del restaurante Aspen, son los mismos que los de la Supernova, donde trabajas tu ¿no? Es que me ha dicho que Rochina tiene un lío con la gogo de ahí…

La chica pasó del blanco al morado, ojiplática, furiosa, echando humo por las orejas me dijo:

- ¿¿¿Perdona??? ¡¡Yo llevo cuatro años saliendo con él!! Soy estudiante, vivo en Barcelona y vengo a verle los fines de semana y ¡¡¡¡no trabajo en ninguna discoteca!!!!

Vaya, ya he metido la pata, la próxima vez no me meto donde no me llaman.