sábado, 23 de mayo de 2015

El portal número 10 (1ª parte)

Movidas en Zaragoza

La crisis aprieta y a menudo, te hace ir a buscar servicios en lugares poco recomendables.

Donde antes lo evitabas por ser zona peligrosa o por no coger a algún cliente digamos en mal estado, ahora tienes que ir a “probar suerte”, a ver si sale una carrera y eso, en ocasiones, trae alguna que otra sorpresa desagradable.

Subía por la calle Don Jaime, la que cruza el casco histórico de Zaragoza desde Echegaray y Caballero hasta el Coso.

Es una zona de restaurantes, de bares de tapas, de bares de marcha.

Era una noche de sábado, no demasiado fría, sobre las 2.00 o así, en el mes de noviembre, en la que se supone que sale más la gente y hay más trabajo para nosotros.

Tenía delante de mí a cuatro compañeros en posición libre lo cual me desanimaba bastante y me hacía pensar que esa noche no las rascaría, así, que al llegar al cruce con Espoz y Mina decidí girar y meterme hacia Manifestación, donde se concentran muchos bares de la zona del “Casco” y ponerme primero para tener más opciones de alquilarme.

En otras circunstancias, los clientes salen a buscarte a Don Jaime, pero las cosas están como están y en ocasiones hay que jugársela.

Ahí iba yo, a 10 kilómetros por hora, esquivando borrachos y procurando no molestar a nadie, cuando me levanta la mano un grupo de jóvenes aparentemente en buenas condiciones.

- Cuídamela bien- me dijo el chico que me había levantado la mano,  mientras se subía una chica por la puerta de atrás del conductor.
- Buenas noches. Decía yo
- Hola…
- ¿A dónde vamos?
- Illlurzzzsstarrrrcion ¿?)=)((//&%&¬6# por favvrr….

La calle la entendí, el número no.

Vaya guasa que llevaba la tía ¡¡No podía ni hablar!!

La verdad que no la había visto por la calle, pero había entrado por su propio pie, lo cual me hacía pensar que tampoco iría muy mal… pero cuando se cruzó al otro asiento, la pude ver y me dijo la dirección, se confirmaron mis peores presagios.

Baco le había vuelto a jugar una mala pasada a una niña de mamá y yo tenía que apechugar con el mocho.

El sitio de destino estaba en una zona residencial donde vive gente adinerada lo cual me daba tranquilidad en caso de que la cosa pasara a mayores, alguien respondería por ella, y por la carrera.

Pensé en acercarme a la calle y una vez ahí ver cual era el portal o la urbanización exacta para dejar a la niña en las mejores condiciones. Así que cogí dirección mientras intentaba en vano darle conversación para que no se durmiera, cuando todavía no habíamos salido del casco y la chica empieza a llorar….¡¿?!

- ¿Le puedo ayudar en algo?
- No, no…gracias
- Si quiere llevo bolsas de plástico por si las necesita eh

No terminé de preguntárselo cuando  empezó a echarlo todo.

¡¡Dios mío!!,  ¿pero qué había bebido esa chica? ¡Me podía haber avisado para ayudarle o pedir una bolsa o algo!  ¡Vaya olor que se me va a poner en el coche! y ¡¿los asientos a ver como se me quedan?! y a ver cuando lo limpio y a ver…

Era la primera vez que me pasaba y no salía de mi asombro.

A los 10 minutos de cogerla llegue al barrio y le pregunté cual era su portal exacto.

La niña para entonces ya lo había echado todo,  y ya estaba dormida.

Me detuve en el arcén y me giré para despertarla y poder preguntarle

- Eh, ¡chica, chica! ¿¿En que número vives??- Le preguntaba mientras intentaba despertarla
- Mmmmmmm, Eeeehhh… en el… en el ffsdsdddzzzz en el diezzzzzzzzsfff…

La cosa se ponía chunga, la chica se había dormido y no parecía fácil despertarla, así que como me pareció entender que el portal era el 10, pensé que ella reaccionaría cuando viera su casa.

Al dar la vuelta a la urbanización ¡¡Sorpresa!! ¡¡El 10 no existe!!

Del número 4 se pasaba al 12 y en medio solamente había una iglesia y una residencia de ancianos.

Tenía a una chica inconsciente en el coche y no tenía ni idea qué hacer con ella.

Continuará,...

sábado, 9 de mayo de 2015

La calle Otero Madera

Un compañero, todo desorientado, pregunta por la emisora:

- ¿Dónde está la calle Otero Madera?

El jefe de servicio no tiene ni idea de dónde esta esa calle y pide la colaboración del resto de compañeros, a través de nuestro servicio de emisoras.

Todos nos ponemos a buscarla en los GPS y ninguno la encuentra. –El chino me dice Otero Madera- afirmaba preocupado el compañero que estaba haciendo el servicio.

De repente, el jefe de servicio cae en la cuenta y le sugiere:

- ¿Chino?, a ver, ¿no irá al Hotel Romareda?


Hotel Romareda - Zaragoza